Pues bien, heme aquí. Camino por mi casa, o más bien por el lugar que lo fue. Ahora no soy nadie, pero era alguien hasta hace poco.
Mira alrededor. Algo brilla en las paredes. Todo está oscuro, pero al parecer la habitación está impecable. Excepto por... tierra. Lodo, para ser precisos. Por todo el piso. Que terrible... el piso es hermoso, y muy caro, ya que es de mármol blanco... Caray.
En la pared del fondo, justo frente a mí, un retrato. Su tamaño, tan grande y esbelto como yo solía ser. Una mujer hermosa me mira desde el lienzo. Yo sé bien que su benévolo rostro estuvo una vez mojado por el llanto, y en una ocasión hubo marcas del dolor que su corazón sentía, visibles sobre su reluciente piel. Pero eso pasó hace mucho tiempo. Y la más reciente emoción que expresó su rostro fue de mucho temor.
Otra habitación. Ésta es más grande y ostentosa. Lujo. las paredes, el piso, el mobiliario... todo denotaba exclusividad. Pero la estancia es sombría. La decoración está toda en colores oscuros, y telas pesadas revisten cada superficie. En algunos lugares, las paredes brillan, como en la habitación del retrato.
La cama está cubierta por un dosel de pesado terciopelo azul marino. Las mantas son de un color rojo quemado. Curiosamente, enmedio de su opacidad hay partes que brillan como en las paredes; sobre todo en el centro del lecho...
Hay alguien en la cama.
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